miércoles, 30 de diciembre de 2020

Tenerife - “La agricultura desaparecerá si no se mejora la calidad del agua”.

La alcaldesa de Vilaflor, Agustina Beltrán, advierte sobre el “muchísimo daño” que causa la alta salinidad en las cosechas de papas y viñas, y pide medidas urgentes ante una “grave necesidad”.

Vista aérea de Vilaflor

La alcaldesa de Vilaflor, Agustina Beltrán, advierte del peligro de extinción que corren los cultivos del municipio si no se mejora la calidad del agua destinada a regar las viñas y las papas.

“Tenemos una grave necesidad, hay que hacer un esfuerzo para mejorar esa calidad, porque, si no se toman medidas urgentes, la agricultura de las zonas altas está abocada a la desaparición”, manifestó a este periódico la regidora chasnera, que calificó de “malísima” la calidad del agua, lo cual “está haciendo muchísimo daño” a los cultivos.

Beltrán, que indicó que la mayor parte del agua está en manos privadas, pide un esfuerzo a “Balten, al Cabildo y a quien corresponda” para acabar con esta situación. En ese sentido, señaló que se están haciendo unas inversiones “tremendas” en las zonas de costa para la generación y distribución del agua desalada, por lo que pidió más actuaciones en la zona alta del municipio para liberar agua de calidad y acabar con las deficiencias del caudal actual.

“Al ser un agua de riego muy salina, se resiente la calidad de los cultivos, se merma la producción y se deteriora el suelo. Al no llover no hace un filtro, no se lava el terreno y todo eso se va concentrando, por lo que si riegas mucho, llega un momento que parece que estás sembrando en suelo prácticamente salado”, explicó la alcaldesa, que definió este problema como “uno de los mayores del municipio”.

Recordó que tanto la papa como los vinos, sobre todo los blancos, considerados de gran calidad, se han visto “seriamente perjudicados”.

Beltrán recomendó ponerse a trabajar desde ahora, porque las peticiones de agua para las fincas empiezan en un “corto plazo” de tiempo.

Problemas de abasto.

El verano es la etapa crítica para tratar de garantizar el suministro de agua en Vilaflor, ya que es la época del año en la que se siembran las cosechas y se agudiza la sequía.

“El gasto en verano es excesivo. El año pasado tuvimos desde marzo unas temperaturas anormalmente altas y desde ese mes no cayó ni una gota de agua, lo que nos obligó a cortar el suministro de agua de abasto por las noches en dos calles del municipio”, explicó.

Ahora, en cambio, la situación es más desahogada debido a un menor nivel de riego por las últimas lluvias y, sobre todo, por el descenso de las temperaturas, lo cual permite que actualmente los tanques estén llenos.

Fuente: Diario de Avisos

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